CRIOTERAPIA
¿Qué es y en qué consiste la CRIOTERAPIA?
La crioterapia es la aplicación de frío con fines terapéuticos.
En la actualidad, es un tratamiento cada vez más utilizado por su aplicación generalizada, tanto en el uso doméstico como en el deporte. Ante una lesión reciente, más o menos grave, donde el dolor se manifiesta, los especialistas se decantan cada vez más por este tipo de tratamiento ya que el efecto del frío es inmediato y supone una solución lo más rápida posible.
¿Para qué está indicado?
En casi todas las lesiones deportivas. Para microrroturas fibrilares, tendinitis, tendinosis, sobrecargas musculares, esguinces, desgarros, contracturas, traumatismos, estados post-traumáticos crónicos…
Sus efectos fisiológicos son:
- Estimula termo receptores del frío
- Vasoconstricción, que reduce el flujo sanguíneo
- Interrumpe el proceso de transmisión del dolor
- Favorece la recuperación muscular
¿Cuáles son los efectos que conseguimos al aplicarla?
- Analgésico: Es calmante del dolor, porque produce anestesia (adormecimiento de la zona del dolor). Disminuye la conducción nerviosa, que es transmitida desde la zona de la lesión, viaja hacia la medula y se registra en nuestro cerebro (bloquea los receptores del dolor).
- Antiinflamatorio: Al aplicar frío descendemos la temperatura del lugar, estamos retrasando la acción de ciertos mediadores químicos (serotonina, citoquina, prostaglandinas, etc.), que son los que producen el dolor.
- Efecto vasomotor: En un primer momento de aplicación produce vasoconstricción (reduciéndose el diámetro de los vasos sanguíneos) y dando una mayor viscosidad a la sangre, aumentando los glóbulos rojos y blancos. De esta forma se consigue controlar y disminuir la inflamación.
- Relajación muscular: Al disminuir la conducción nerviosa, el estimulo eléctrico que llega al músculo para la contracción muscular, se ralentiza, produciendo una relajación en el músculo.
¿Existen contraindicaciones?
No es aconsejable utilizar crioterapia en los siguientes casos: Embarazos, en pacientes con alteraciones vasculares, en pacientes con insuficiencia arterial o cardiopatías. Tampoco en tratamientos oncológicos.
¿Cómo se debe aplicar?
El tratamiento tiene que ser siempre personalizado e indicado por un profesional. La aplicación no tiene que superar los 15- 20 min, un máximo de 3 o 4 veces al día.
¿Frío o calor? ¿Sabemos cuando aplicar uno u otro?
Aquí os dejamos algunas de las diferencias:
El frío produce vasoconstricción, lo cual reduce el flujo sanguíneo y , por lo tanto la inflamación y también la hemorragia. Actúa también como anestésico, aliviando el dolor y el espasmo muscular. Con el frío trataremos lesiones agudas de partes blandas ya que reducideros la inflamación y por tanto la tumefacción.
El calor produce vasodilatación, lo cual aumenta el flujo sanguíneo favoreciendo el proceso de cicatrización. Actúa también sobre las fibras de colágeno volviéndolas más flexibles y elásticas. El calor es perfecto para tratar lesiones o síndromes en lo que donde queremos favorecer la cicatrización, e igualmente es perfecto en la prevención de las lesiones, puesto que reduce la rigidez de las articulaciones.